Sonia San Juan recorre las ciudades más importantes de Europa para alquilar su cuerpo, su joya más preciada. Lo que no sabe la bella Sonia es que la acechan y la persiguen para matarla.
En Madrid, el joven empresario Roberto Dawson atiende los ruegos de un antiguo empleado que en su lecho de muerte le pide que investigue y si es posible proteja y salve a Sonia. Roberto a partir de ahí cumple su promesa y se convierte en el guardián de la muchacha. Arriesga su vida, la salva pero al final cae rendido enamorado.
Este mundo de hoy no da lugar al surgimiento de un Romeo y una Julieta, no es caldo de cultivo para Tristán e Isolda, Dafne y Cloe y muchos otros escaldados hasta los huesos por amor. Con la historia de Roberto y Sonia nos percatamos de que no son tiempos de ceremonias suicidas, pero sí es tiempo de disfrutar de la maravillosa fragancia que nos llega a través de un buen amor. Amor que puede perderse pero no olvidarse.
