
Durante algunas maravillosas semanas, Su
Alteza Real Camilla de Cordina tendría la posibilidad de ser simplemente
Camilla MacGee. Trabajar para Delaney Caine
en los bosques de Vermont le ofrecía la oportunidad perfecta de huir de la
prensa. Pero a medida que la rabia que
le provocaba el mal genio del arqueólogo se fue convirtiendo en fascinación y
deseo, la princesa tuvo que admitir que estaba llegando el momento de descubrir
su verdadera identidad.
Del nunca había necesitado a nadie en toda su
vida, por eso había aceptado a regañadientes la presencia de Camilla. Pero
pronto la insinuante belleza de aquella mujer se fue haciendo un lugar en la
autosuficiente vida de Del y se vio obligado a reconocer que llenaba un vacío
que ni siquiera sabía que existía. El problema era que lo que sí sabía era que
Camilla ocultaba algo..
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