El mundo ha cambiado mucho durante el Siglo XXI. La distopía oscura se vive en la calle, donde las personas son diferenciadas según su “categoría de personalidad”. Los Alfas dominan y ostentan el poder, los Betas ejercen como ciudadano medio y corrompido, y los Omegas…
Es mejor no ser un Omega en estos días. Y son mayoría. “Eliminados”, esclavizados o “procesados” para convertirlos en poco más que robots vivientes. Si los Betas son ciudadanos de 2ª, los Omega no son sino propiedades de otros. Son la maquinaria de la nueva y oscura sociedad.
Bea vive escondida entre los suburbios. Edificios abandonados donde los pocos “Omegas libres” que quedan se esconden. Mucho mejor que las alcantarillas. Pero el hambre y la enfermedad corren libres por esas zonas, y su “tribu” comienza a enfermar.
Desesperada, su solución es acudir al hombre más poderoso de la ciudad. Marcus “Alpha” Ruiz, cuyos casi dos metros de altura, músculo, traje con corbata y actitud feral aterran a cualquier persona normal.