
Heridas del pasado
Evelyn es una mujer alegre, optimista que nunca ha permitido que las profundas heridas que tiene de su triste pasado, afecten su presente. Es una mujer emprendedora que ha sacado adelante a su único hijo. A pesar de tener buena suerte en el amor no cree en el compromiso, pero la aparición de Nick, poseedor de casi todas las cualidades que ella aprecia en un hombre, hará que tambaleen sus convicciones.
Muchas cosas cambiarán en la vida de Evelyn cuando el pasado comience a llamar a su puerta en busca de redención.

Amar otra vez
Después de morir su esposo, Blanca Mendoza le cerró las puertas al amor, creyendo que toda su capacidad para ser feliz se había perdido junto con él. Sin embargo la entrada en su vida de un hombre que es lo opuesto a lo que ella desearía para una nueva relación, tal vez le demuestre que está en un error. ¿Podrá vencer sus miedos y dejar atrás el pasado para darse una nueva oportunidad?

Blanca
Blanca Mendoza, una mujer de 38 años, ha perdido a su esposo a causa de una enfermedad fatal. Después de un año de ocurrida su muerte, aún tiene sueños eróticos con él, causados por su obsesión.
Comprendiendo que se ha quedado estancada en el pasado, resuelve buscar empleo por primera vez en su vida.
Así es como conocerá al arrogante Alphonse Duval, su nuevo jefe, quien se sentirá atraído desde el primer día por ella, un sentimiento originado por el afán de protección que Blanca Mendoza le inspira.
Alphonse será quien reemplace al difunto esposo en los sueños de Blanca. Sin embargo, la desconfianza de ella por la actitud de mujeriego que el hombre tiene, será el obstáculo que le impida involucrarse con él.
¿Podrá Blanca vencer sus prejuicios para volver a vivir?

Amores Fugaces
Aquel verano, mi mejor amiga, ensoñaciones, prohibido enamorarse, entre los libros, su película favorita, sueños húmedos, metro, empleo temporal, aurora, final de cosecha, el vendedor de helados, juegos nocturnos, el ascensor, el viaje, el premio, emergencia médica, tentación prohibida, el profesor, teresa.
(contiene escenas de sexo explícito)
Sabor a prohibido
"—¿Quién eres? —pregunté con voz trémula. El hombre no contestó, solo me empujó para que me inclinara sobre la banca.
—¿Qué quieres? —insistí—. No llevo dinero.
Él seguía sin hablar. Hizo que me pusiera de rodillas sobre la madera del asiento, y levantó mi abrigo para descubrirme. El aire frío rozó mis nalgas y me estremecí. Enseguida sentí una mano cálida tocando mi piel. Gemí involuntariamente. Con manos hábiles comenzó a acariciarme, él ya sabía que estaba en sus manos y no escaparía. Me sostuve con fuerza del respaldo del banco, ya me sentía excitada, y eso que el hombre apenas había tocado mi trasero."
(Juegos nocturnos)