Una sola noche podría arruinarle la vida…
Paige no tenía vuelta atrás después de haber
cometido un tremendo error por el que podría perder a su mejor amigo de toda la
vida. Las cosas jamás podrían volver a ser igual después de que Justin y ella
hubieran pasado una apasionada noche juntos. Si su prometido no se hubiera
fugado con otra mujer… Y si Justin no hubiera estado ahí para consolarla cuando
se sentía tan vulnerable…
Poco después Paige descubrió que estaba
embarazada y pensó que las cosas ya no podrían complicarse más. Porque aquel
bebé iba a cambiar para siempre eso de «solo amigos».
Tyler Brant no tenía intención de hablar con
los periodistas. Y aunque se alegraba de que Kristen Kellar se estuviera
recuperando, le gustaría que ella no insistiera en decirle a la gente que era
un héroe. Lo único que quería era olvidar el accidente de coche, continuar con
su vida y dedicarse a su hija.
No obstante, no podía olvidar a la hermosa
mujer que rescató de entre los restos metálicos. Pero Kristen era famosa… y
Tyler tenía motivos para mantenerse a distancia. Sin embargo, no había contado
con la determinación de ella de darle las gracias en persona. Ni con la
creciente unión de su hija con la joven.
Y bajo ningún concepto había contado con
enamorarse…
Grant Harris estaba acostumbrado a resolver
situaciones de emergencia, pero cuando aceptó dirigir temporalmente la
guardería de su hermana, se dio cuenta de que aquello era más difícil de lo que
hubiera podido imaginarse. Pero tener que cuidar de un puñado de críos
revoltosos no era el problema; era Susan Spencer, una de las madres, quien lo
estaba volviendo loco.
Grant se había enamorado de ella, pero Susan
no confiaba ni en él ni en ningún otro hombre. Nada de lo que Grant hiciera
estaba bien, ni sus ingeniosos planes para entretener a los niños ni su
cariñosa actitud hacia su hijo Jamie. Y si no lograba convencerla de su talento
como padre, ¿cómo iba a persuadirla de que podía ser un buen marido?
¡Era como tratar de destronar a un
rey!
El sonriente Sam Sweeney era el meteorólogo
más popular de las Ciudades Gemelas. Desplegaba encanto, una actitud amistosa y
cautivaba a los televidentes… incluyendo a Lauren Prescott, la comentarista
número dos del clima en la región. ¡Y fue contratada para desbancarlo!
Era una guerra entre los dos canales en
competencia, pero en privado, Sam y Lauren tenían algo más de que hablar que el
clima. Viudo y con tres inquietos hijos, Sam pronto empezó a sugerir el
matrimonio.
Las labores maternas aterrorizaban a Lauren.
Tampoco podía competir con Sam todas las noches a las seis y a las diez. De
verdad se avecinaba una tormenta…
Alex Harper, un niño de diez años, andaba
poniendo carteles con una fotografía por todas partes. Quería encontrar a su
padre, pero sólo para que el juez pudiera obligarle a pagar la pensión que le
debía a su familia. Quizás así su madre pudiera dejar de trabajar a todas horas,
y todos se irían de vacaciones juntos.
Para sorpresa de todos, Alex encontró a su
padre. El hombre que decía llamarse Joe Smith era exactamente igual, pero
afirmaba que había un error. Y Frannie, la madre de Alex, quería creerlo.
Después de todo, su forma de actuar no se parecía en nada a la de su ex marido.
Además, ella había oído que todo el mundo tiene un doble por ahí…