
Los Creed, descendientes de la
legendaria familia de los McKettrick, eran famosos en Stillwater Springs
(Montana) por ser de armas tomar Dylan Creed tenía tanto talento en la doma de
toros y de mujeres que lo llamaban El Chico Malo de los Rodeos.
Le gustaba
vivir a fondo, pero no le quedó más opción que volver al rancho familiar de
Stillwatter Springs cuando la madre de su hija abandonó a la pequeña. El
campeón de los rodeos tendría que convertirse en un padre campeón. Y deprisa.
Kristy Madison, la bibliotecaria de Stillwatter Springs, se quedó
inusitadamente muda cuando Dylan Creed se presentó con su hija en una de las
lecturas de cuentos que organizaba.
El hombre que había dejado un rastro de
corazones rotos, incluido el suyo, había regresado. Pero esa vez, Kristy estaba
decidida a domarlo. Miller llega al corazón de los lectores como pocos
escritores saben hacer Publishers Weekl