Ella es una princesa, él, un soldado. Sus nombres tienen el
poder de los dioses sagrados. Hilda y Siegfried. Destinados a se amaren, pero
no a se pertenecieren.
Antes de descubrirse enamorada de su guardián, la princesa
Hilda aceptó una propuesta de matrimonio. El duque Bergfalk no aceptaría ser
rechazado en la víspera de la boda, así que la princesa lleva adelante el
compromiso a pesar de que su corazón pertenece a otro.
Sabiendo que no podía soportar verla casada con otro hombre
– y por temor a que su presencia podría provocar celos en el Príncipe Regente –
Siegfried se aleja del castillo. Cinco años más tarde, una misión especial le
hace volver: un golpe de Estado que se planifica. Justo cuando la princesa lo
necesita, él está ahí.
Ahora, huyendo por el país y necesitando proteger a los
herederos de la corona, su amor es puesto a prueba. Qué es más fuerte:
¿el amor
de un hombre por una mujer o el amor de ambos para su país?