Había mucho en juego para arriesgarlo por amor.
Como el viñedo de su padre en California estaba muy cerca de la ruina, Camille no tuvo otra alternativa que suplicar la ayuda de su abuelo… el mismo hombre que con tanta crueldad había desheredado a su padre, forzándolo a marchar al exilio, hacía muchos años.
Antoine de Breze, el nuevo heredero de su abuelo, acusó a Camille de tramar un plan para reclamar su heredad; el viñedo Villon, en Francia. Y sus acusaciones parecían justificadas, en especial cuando él y Camille se vieron obligados a contraer matrimonio.
El orgullo hacía que Camille aspirara a ganarse el respeto y la admiración de Antoine. Pero en lo más profundo de su ser, también deseaba conquistar algo imposible… su amor.